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jueves, 3 de noviembre de 2011

no hay malas nuevas

Hoy me desperté buscando una canción para ti
Me di cuenta de que no encontré
O no busque bien
Pero sigo esperando algo
Que me llene
Para decirte lo mucho que me desespero
Al no saber nada de ti
En estos tiempos
Ni esperando al cartero
No tengo nada
Solo esta canción que escribí para ti 

domingo, 16 de octubre de 2011

hoy

Cuando ya no se cree en la magia, mas bien por no poseerla y en el dado lugar de vivir en una sociedad en la cual se considera el modo practico y realista de donde se cree en la lógica de la vida cotidiana. Pues esto es lo que la describe como tal, dura, justo, exacto.

no hay mañana sin olvido

Aún no he desaparecido

Aún no he desaparecido
No me siento perdida
Aun después de todo momento
Siento, vivo, respiro..
Con el sueño, en vida del momento,
De estar, de sentirme en donde me llevaste
Donde no lo he encontrado
Porque así he estado
No me he sentido perdida
Más si de tu parte fuese
La intención de alejarme
No tendría donde situarme, en el espacio
En el tiempo, el lugar.
De mi vida el momento, desaparecería.
Será la vida misma.

sábado, 7 de mayo de 2011

del amor

 "El que quiere aspirar a este objeto (el amor) por el verdadero camino, debe desde su juventud comenzar a buscar los cuerpos bellos. Debe además, si está bien dirigido, amar uno sólo, y en él engendrar y producir bellos discursos. En seguida debe llegar a comprender que la belleza, que se encuentra en un cuerpo cualquiera, es hermana de la belleza que se encuentra en todos los demás. En efecto, si es preciso buscar la belleza en general, sería una gran locura no creer que la belleza, que reside en todos los cuerpos, es una e idéntica. Una vez penetrado de este pensamiento, nuestro hombre debe mostrarse amante de todos los cuerpos bellos, y despojarse, como de una despreciable pequeñez, de toda pasión que se reconcentre sobre uno sólo. Después debe considerar la belleza del alma como más preciosa que la del cuerpo; de suerte, que una alma bella, aunque esté en un cuerpo desprovisto de perfecciones, baste para atraer su amor y sus cuidados, y para ingerir en ella los discursos más propios para hacer mejor la juventud. Siguiendo así, se verá necesariamente conducido a contemplar la belleza que se encuentra en las acciones de los hombres y en las leyes, a ver que esta belleza por todas partes es idéntica a sí misma, y hacer por consiguiente poco caso de la belleza corporal. De las acciones de los hombres deberá pasar a las ciencias para contemplar en ellas la belleza; y entonces, teniendo una idea más amplia de lo bello, no se verá encadenado como un esclavo en el estrecho amor de la belleza de un joven, de un hombre o de una sola acción, sino que lanzado en el océano de la belleza, y extendiendo sus miradas sobre este espectáculo, producirá con inagotable fecundidad los discursos y pensamientos más grandes de la filosofía, hasta que, asegurado y engrandecido su espíritu por esta sublime contemplación, sólo perciba una ciencia, la de lo bello. "
Platón, Banquete, o del Amor, 210-212